Historias de gente viviendo sus vidas,
Historias cotidianas.
Simplemente trozos de vidas,
dignas de contar.
A quién no le gustaría que alguien,
dejase en su coche un lujoso regalo.
Y una tarjeta de invitación a tomar champán en la discreta, acogedora y cara habitación de un hotel.
Me gusta la vida sorprendiéndote,
cada día mirar a dos mujeres conversando en un autobús, conversación predecible,
la mediocridad de sus vidas.
Mirar desde el puente un crucero,
Lleno de turistas ansiosos por descubrir los secretos de la ciudad.
Un inmigrante trabajando en la calle,
con una sonrisa amable que no deja indiferente a nadie.
La mirada cansada de quien ha vivido demasiado pero es un libro repleto de anécdotas (…)